jueves, 14 de febrero de 2008

Demasiado tiempo en silencio

Hoy por fin me decido a escribir un poco, al menos que se note que sigo aquí. La verdad es que he andado bastante liada con el curro, y el tiempo que tenía libre lo usaba para dormir porque, últimamente, duerma las horas que duerma sigo cansada, a ver qué me dice el médico ( si es que me dice algo, claro ).

Una novedad es que me compré un coche, un Toyota Yaris de color rojo, muy bonito y pequeñito, perfecto para mí. Cuando tenga tiempo de lavarlo le haré fotos y las colgaré como hice con el Rover.

También me compré piso, creo que eso no lo dije. Bueno, no llega a piso, es un mini-estudio de unos 36 metros cuadrados. También pequeñito y suficiente para mí. Tengo que hacerle algunos arreglos de mobiliario, pero despacito y con buena letra, que la vida está muy cara.

Pensar que todos estos cambios los estoy llevando a cabo desde mayo del año pasado... Cómo pasa el tiempo... Y luego, que me entran estas ganas tan fuertes te echarme a dormir y no levantarme en días... ¿Eso se llama depresión? No sé lo que es, no sé si quiero saberlo, sólo quiero dormir.

La cuestión es que soy feliz, a ratos, pero lo soy. Aunque mi trabajo ya no me hace sentir tan bien como antes; la gente es más asquerosa y repelente, se quejan por cualquier cosa y siempre quieren tener la razón aunque estén metiendo la pata hasta el fondo. También está el tráfico, no sé porqué será, pero cada vez van a peor, se cruzan más, no miran antes de hacer maniobras y, como siempre, llevan las de perder y quieren tener la razón a toda costa; ¿es porque soy joven y mujer? Son todos unos cabrones chulitos. Se merecían unos cuantos puntos de menos para espabilar.

Tengo muchas cosas en mente, muchas cosas que me gustaría escribir, pero ahora mismo ya no tengo más ganas. Además, es San Valentín y tengo ganas de ir a ver mi niño, aunque aún tengo que esperar un par de horas más. A ver si pasa rápido el tiempo y puedo abrazarle. Otro día intentaré sacar ganas para escribir más.

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