"Idiota"
Como hacía una temporada que no posteaba ningún vídeo, he decidido que éste es el que más me apetece.
Llevo un mes escuchando esta canción durante mis 8 horas diarias al volante del autobús, y no puedo evitar estremecerme al escucharla. No sé porqué, pero pasa y ya está. El cantante se llama Huecco y debe ser el ex-cantante del grupo Sugarless, de los que supe hace bastantes años gracias al primo de un buen amigo.
"Idiota"
Es inútil no vale la pena,
en invierno el Sol no calienta sino que se congela,
cae cada trozo sobre mí y me raja el alma,
que a gritos mudos se queja,
toneladas de tristeza en mi mochila de cemento y mi cabeza,
que no para de pensarte y como pesas,
Si no quieres escuchar, camínate,
si no me quieres mirar, písame,
aún puedo ser la acera donde
tus perros juegan, aprovéchate.
Como una limosna me entregas,
instantes de tu presencia que me arranca mi sonrisa a ciegas,
topos en tu indiferencia que me mata dentro,
y esos ojos ya no se tropiezan ni tiemblan cuando estoy cerca no,
ahora bostezan y se van no importa dónde,
Si no quieres escuchar, caminate,
si no me quieres mirar, písame,
aún puedo ser la perra que en tu olvido cojea, aprovéchate.
Aquí me ves quemando margaritas a tus pies,
con la lengua ardiendo y mi alma a la sombra de un ciprés,
y tú con tu boca en cualquier bar de copas,
regalando besos, perdiendo la ropa,
no ves mi derrota, mira no ves mi derrota.
Tu cariño sale ya sin fuerza,
como el cava en la botella que lleva una vida abierta,
y patéticos lo intentan, no juegues no mientas,
nunca vi una mirada tan hueca, tan vacía de ganas,
tan lejos cuanto más te acercas,
y aún te ríes cuando echas sal en mi tristeza,
hoy la vida te dará lo que me das,
desde el barro quizás me recordarás,
y te verás buceando en tus podridos charcos,
y allí te ahogarás.
Aquí me ves quemando margaritas a tus pies,
con la lengua ardiendo y mi alma a la sombra de un ciprés,
y tú con tu boca en cualquier bar de copas,
regalando besos, perdiendo la ropa,
no ves mi derrota,
duelen las penas, duelen las penas,
me mata el veneno de esa viuda negra,
duelen las penas, duelen las penas,
y me esta matando esa mujer.
Aquí me ves quemando margaritas a tus pies,
con la lengua ardiendo,
y mi alma a la sombra de un ciprés,
y tú con tu boca en cualquier bar de copas,
regalando besos perdiendo, la ropa,
no ves mi derrota, idiota… no ves mi derrota, idiota…
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