El día D² ( 2ª parte ) : Suspendido y con razón

Desgraciadamente, metí la pata y me confié.

Sé que no merece la pena darle vueltas, y es lo que intento, pero sólo de pensar que podría haberme arriesgado y haber podido seguir por arriesgarme, me repatea.

¿Qué sucedió?
El embrague ya estaba bastante caliente, salió un día caluroso y agobiante y si a eso le sumamos que ya se habían subido al autobús 3 personas para realizar unas pruebas que se basan en el uso reiterado del embrague, lo que obtenemos es un pedal bastante flojo al que hay que dar demasiada libertad para que actúe medianamente bien. El resultado fue que el vehículo me iba a trompicones porque tenía que soltarlo más de lo que estoy acostumbrada y provocó que se me pasasen las referencias que tenía tomadas para realizar la maniobra, produciendo que el autobús se me quedase demasiado pegado al hierro que limita el aparcamiento ( recordad que es la primera maniobra como indiqué en el anterior post ).

Podría haber echado más hacia atrás el vehículo, pero yendo a trompicones temía subirme al hierro, cosa que provocaría el suspenso inmediato; y si intentaba echar hacia delante temía llevarme la valla por el mismo motivo. Crucé los dedos y toqué el claxon esperando haber dejado la rueda delantera bien. Para mala suerte mía, no fue así ya que el examinador me hizo enderezar las ruedas para comprobar si estaba colocada donde debía y no fue así. Resultado, suspenso inmediato.

Intento convencerme a mí misma y me lo llevo repitiendo dos días, no sirve de nada darle vueltas, pero estas cosas sientan mal cuando no estás acostumbrada a ellas... Pensaba que este carnet también sería capaz de sacármelo a la primera, pero ya he metido la patita una vez. Sólo me queda serenarme y en el próximo intento pedir para ser la primera y aprovechar que el embrague está en perfectas condiciones para ser usado, además de respirar hondo y concentrarme en hacerlo bien, que para algo me he pasado dos semanas repitiendo las maniobras para realizarlas a la perfección.